¿Qué es Abuso y Negligencia?
Acerca de Servicios de Protección al Menor (CPS) divide el abuso y la negligencia de menores en cuatro categorías: maltrato físico, negligencia, abuso sexual y abuso emocional.
El Abuso Físico es el maltrato físico que resulta en daño significante para el menor, o una verdadera amenaza de daño significante que resulta en la lesión física del menor. El maltrato físico (de contusiones menores hasta fracturas graves o la muerte) puede resultar de perforar, dar una paliza, sacudir, patear, morder, lanzar, apuñalar, golpear, quemar, asfixiar o cualquier otro modo de dañar a un menor. Dicha lesión se considera abuso sin importar si el vigilante tiene intención de lastimar al menor.
La Negligencia es no proveer lo necesario para suplir las necesidades básicas del menor para mantener la vida o la salud del mismo. Esto excluye cualquier carencia causada principalmente por incapacidad económica, salvo que se hayan ofrecido servicios de ayuda y éstos hayan sido rechazados.
El Abuso Sexual incluye caricias a los genitales del niño, penetración, incesto, violación, sodomía, exhibicionismo y explotación a través de la prostitución o la producción de materiales pornográficos.
Abuso Emocional es maltrato mental o emocional que resulta en un deterioro observable y material en el crecimiento infantil, desarrollo o funcionamiento psicológico. Incluye las formas extremas de castigos como el confinamiento de un niño en un armario oscuro, usar al menor como “chivo expiatorio” o víctima propiciatoria, menospreciarlo y rechazar su tratamiento.
Factores de Riesgo
Los niños con necesidades especiales corren un mayor riesgo de abuso por un número de razones. Históricamente, han estado más aislados que otros niños en la escuela y en la comunidad. Algunos niños requieren ayuda para ir al baño, bañarse, vestirse y la asistencia de múltiples cuidadores. Es posible que no se les ha enseñado sobre la seguridad personal y la sexualidad. Otras cosas que hacen que los niños con necesidades especiales corran un mayor riesgo de abuso incluyen:
- Prejuicios sociales. Los niños y adultos con necesidades especiales en nuestra cultura tradicionalmente han recibido un trato que implica que son menos valiosos, invisibles, y "diferente" de los demás.
- Oportunidad. Los abusadores pueden creer que los niños con necesidades especiales, en particular los niños con discapacidad intelectual, son más fáciles de engañar, sobornar o coaccionar.
- Falta de información. A menudo los niños con necesidades especiales se consideran asexuales y no se les proporciona la educación para la sexualidad que les podría ayudar a reconocer que lo que les está sucediendo es abuso. Además, frecuentemente se les enseña a los niños con necesidades especiales a ser obedientes, lo cual puede limitar su capacidad para decir no o para—especialmente cuando se trata de alguien que entiende como una figura de autoridad en sus vidas.
- Dificultad para contar sobre el abuso. Los niños con necesidades especiales en comunicación pueden tener dificultad para decirle a alguien lo que les sucedió. Cuando los niños hablan de abuso, a menudo no se les cree, por ende, el abuso ni es investigado ni juzgado debido a las necesidades especiales del niño.
- Falta de experiencia. A menudo, los profesionales no se dan cuenta de que, aunque puede requerir una mayor inversión de tiempo, los niños con necesidades especiales pueden ser testigos fidedignos durante un juicio.
- Falta de conocimiento. Los padres, tutores y los proveedores de servicios para niños con necesidades especiales a menudo no se dan cuenta que los niños corren un alto riesgo de abuso y tal vez no pueden reconocer los indicios de abuso. Se suele suponer que los cambios en el comportamiento de los niños con necesidades especiales están relacionados con las necesidades especiales, en lugar de ser un posible síntoma de abuso por la parte de persona.
Porque No Hablan los Niños
Los niños con necesidades especiales no hablan sobre el abuso por diferentes razones. Pueden amar y querer proteger al abusador. Pueden tenerle miedo al abusador o tienen miedo de tener problemas ellos mismos. No quieren molestar a su familia o sentirse culpables. No saben que no está bien lo que les está sucediendo. O simplemente no tienen la capacidad de comunicar lo que está sucediendo.
- Miedo. Los abusadores pueden amenazar con lastimar al niño o a su familia si hablan. El niño también puede tener miedo que su padres o cuidadores no le crean, o que van a castigarle por hacer algo mal.
- Culpa. El niño puede sentirse culpable por "dejar" que el abuso ocurra, especialmente si es agradable lo que hace el abusador.
- Manipulación. Los abusadores pueden convencer al niño de que comparten en una relación rara, y que lo que hace el abusador es por amor o porque el niño es especial.
- Falta de conocimiento. Algunos niños con necesidades especiales no se dan cuenta de que están siendo abusados.
- Protección. El niño puede tener miedo de causarle problemas al abusador, especialmente si es un familiar, amigo o proveedor de servicios. Tal vez no quieran disgustar a sus padres o tutores o familiares.
Revelaciones indirectas. Los niños pueden tardar en contar lo que les sucedió mucho después del abuso. O pueden contarlo indirectamente. Pueden tantear a su oyente dando la historia en trozos pequeños o fingir que un “amigo” es el que fue dañado o dejar caer indirectas sobre el abuso que son fáciles a ignorar. Los niños más jóvenes pueden revelarlo a través del juego, representando el abuso, o a través de comportamientos sexuales que no corresponden con su edad del desarrollo.
Indicios de Abuso
Los niños con necesidades especiales a menudo comunican su angustia a través de cambios de comportamiento. Este indicio de abuso puede ser difícil de notar, porque el comportamiento de los niños cambia con cada etapa nueva de desarrollo. No empero, el abuso puede estar relacionado con cambios significativos en el comportamiento que no pueden atribuirse a otra cosa en la vida del niño, tales como cambios o pérdidas.
Indicaciones de abuso u otro trauma puede incluir:
- Cambios en el estado de ánimo. Los niños pueden parecer tener miedo, estar ansiosos, enojados, deprimidos o agresivos. Pueden retirarse, o en algunos casos, volverse más extrovertidos. Los niños que no hablan pueden volverse destructivos, enojados o molestos con más facilidad.
- Los niños más pequeños pueden tener más rabietas o llorar más. Los niños de todas las edades pueden ser más destructivos con juguetes o pertenencias. Algunos niños pueden comenzar a dañarse ellos mismos o mostrar comportamientos agresivos tales como gritar, golpear o tirar cosas.
- Algunos niños pueden volverse más ansiosos por complacer.
- Los niños pueden a empezar a tener miedo de ir a la escuela, a casa, a estar en la oscuridad, a viajar en autobús, o pueden empezar a temer a los hombres o las mujeres, a una cierta persona o un lugar. Puede dejar de querer estar con alguien que ha formado parte de su vida.
- Cambios en comunicación. Los niños o jóvenes pueden volverse más retraídos o comunicarse menos, mientras que otros pueden comunicase más. Los niños pueden empezar a hacer dibujos violentos.
- Cambios en el funcionamiento. La capacidad del niño para funcionar día a día puede cambiar. Los niños o jóvenes pueden:
- comer menos o comer más.
- perder o aumentar peso de repente.
- dormir más, dormir menos, tener pesadillas, tener problemas para quedarse dormidos, tener miedo de ir a dormir o dormir durante el día. Los patrones de sueño de los niños pueden retroceder a una edad anterior.
- dejar de cuidarse de sí mismos, por ejemplo, dejar de lavarse el cabello o el cuerpo, o ponerse la misma ropa una y otra vez.
- negarse a tomar baños o tomar demasiados baños. A menudo, los niños más jóvenes que han experimentado abuso temen de los baños, y pueden llorar o tener rabietas a la hora del baño.
- aumento de quejas de dolores de cabeza o malestar gastrointestinal.
- retorno a etapas anteriores del desarrollo, tales como chuparse el dedo, orinarse en la cama, ser excesivamente dependiente de un padre o un cuidador.
- Cambios en el comportamiento en la escuela y la guardería. Los niños pueden tener dificultades para concentrarse en la guardería o en clase y volverse menos cooperativos. Los bebés, niños pequeños y niños mayores pueden dejar de participar en el juego, o pueden dejar de moverse mucho y explorar. Los niños mayores pueden faltar a la escuela.
- Actitudes arriesgadas. Los jóvenes pueden comenzar a experimentar con drogas, alcohol, sexo, dañarse a sí mismos, o pueden huir o arriesgarse de otras maneras peligrosas.
- Aumento de comportamientos sexuales. Algunos niños pueden comenzar repentinamente a actuar o hacer dibujos sexuales que no son apropiados para su edad. Algunos niños pueden volverse sexualmente agresivos con niños más pequeños. Los niños entre las edades de 3-5 pueden ser inapropiadamente sexuales en lugares públicos o con sus compañeros.
Los Indicios Físicos de Abuso
Los indicios físicos de abuso pueden incluir lesiones que el niño o un proveedor de servicios tienen dificultades en explicar, incluyendo huesos rotos, quemaduras, cortes, contusiones, o dientes que faltan. Otros signos físicos de abuso sexual incluyen el dolor de las heridas, abrasiones, o sangre en los genitales o zona del recto; sangre en las sábanas o ropa interior; infecciones por cándida o infecciones de vejiga; y enfermedades de transmisión sexual o embarazo. Los niños también pueden comenzar a tener dolores de estómago, malestar digestivo, o dolores de cabeza frecuentes.
(Esta sección incluye información de SAFE, The Mama Bear Effect, & RAINN.)